Porque los nombres importan
De repente un día miras el mapa y han cambiado el nombre de una ciudad. Pero ¡¿Esto qué es?! ¿Cómo se atreven?
¿Saben las horas de estudio en Geografía que me hicieronfalta para memorizar las capitales de los países?
Parece ser tarea obligatoria de los países conquistadores y colonizadores cambiar el nombre de los topónimos. En la República de Irlanda convirtieron los nombres de todos los lugares, calles y pueblos del país en ingleses (por sonido o significado), pero muchas veces de forma errónea. Y nunca faltaba al menos un pueblo con una referencia a la corona británica. Kingstown al sur de Dublín finalmente volvió a ser Dunlaoghaire. Sé cómo pronunciarla porque fui al colegio allí durante 5 años, si no…
Pequín ahora es Beijing, y Bombay ahora se llama Mumbai. No se lo digáis a los componentes de Mecano por favor, pero de momento Hawái es Hawái, y son dos paraísos.
Mientras tanto la capital de Ucrania está rodeada de tropas rusas. Pero ¿Cómo se llama? ¿Kiev Киевo, o Kyiv Київ? Pues la primera, Kiev, era el nombre “internacional” y ruso hasta principios de los 2000 y fácil de recordar al asociarlo al plato Chicken Kiev. Sin embargo, los ucranianos quisieron quitar el nombre impuesto por sus vecinos y ponerle el nombre en su propio idioma: Kyiv. A pesar de esto, Google.es y .com siguen usando el nombre ruso: Kiev.
Muchos países reclaman los nombres originales en sus idiomas y seguramente esto irá a más. En muchos casos los dos nombres coexisten y se pueden leer en los carteles de las carreteras. En algunos casos por razones culturales además de otros motivos. Como siempre, es un tema delicado y sensible y veremos en las próximas semanas cómo se va a llamar oficialmente la capital de Ucrania.
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